Viernes 18 de Octubre. Buenos Aires.

Un viento suave del Sud Este, rizaba las sorprendentemente claras aguas del RioPla. No había tenido la oportunidad de verlas así.

Nunca había visto peces pasar por delante mío en unos 60/70 cm. de profundidad.

Como para que se entienda «sorprendentemente clara».

La última hora y media de bajante dejaba a la vista algunos de mis sectores y piedras preferidas. Hacia ellos fuí, arrastrando con señas a mis habituales compañeros: Silvia y Daniel.

Y estaban donde tenían que estar.

Oxigenados, potentes, sanos. De colas impecables y saltos de campeonato.

Aceptaban de buen humor y mejor apetito nuestras moscas y, la claridad del agua, invitaba a probar esas que están en la caja en espera de una oportunidad…

Moscas claras, algunas muy claras y sin el toque de negro infaltable, eran aprobadas a puro tarascón!

Claro que la actividad no era constante.  Momentos de «doblete» eran reemplazados por pausas hasta que el Río se estabilizaba nuevamente.

En temporadas anteriores, el inicio de la creciente, en mi experiencia, invitaba a retirarse… Esta vez, salimos con el agua al cuello, ya que, para nuestro disfrute, seguían haciéndonos honores. Bastó cambiar el ritmo de un estripeo super veloz por uno más pausado y que permitiera bajar un poco la mosca. Y claro, buscarlos en diferentes lugares adaptándonos a la altura del agua.

Le quitamos la mosca de la boca a 15 dorados. Mi matemática dice que es el 50 % de los piques que tuvimos. Resultado que alegra un Viernes a cualquiera!

Sumamos a nuestra experiencia unos cuantos centenares de metros de río recorridos y algunos machucones a nuestras piernas. Todavía faltan piedras por conocer…

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Cómo estará mañana?

…

Sabado 19 de Octubre. El mismo Buenos Aires…

Distinto Río.

Bueno, hasta lo igual cambia.

Un viento del sector Norte y luego Este, desclarificaron el agua. La olas incomodaban a humanos y peces.

Más a los peces que a estos dos humanos, incapaces de volverse a casa a tomar unos mates… El tercero, Daniel, faltó con aviso.

Nueva matemática: De 5 piques, 3 capturas. Nuevos machucones.

Esta vez, la mosca casi sin tracción, movida por el oleaje, cerca del fondo.

Sin tracción quedamos!  Descanso dominguero…

Costosamente muevo los dedos (y el cerebro) para este breve informe sobre nuestro querido RioPla que, pese a dudas y pronósticos lluviosos, sigue vivo!

Cómo estará mañana?

…

1-11-2012

Sin envidiar casi casi nada a los que abren la temporada en la Patagonia, decidimos hacerle honor a nuestro Riopla, y fuimos hacia el con el entusiasmo que genera cualquier destino de pesca.  La tarde porteña provocaba un  –que pesado que está!!  entre  los que cumplían sus obligaciones laborales,  y un –Hoy está fantástico!!  entre los que como herramientas contábamos con los equipos de pesca.  Al llegar, el primer vistazo al río aceleró el armado de los chirimbolos!  Sus aguas bajas, estables y quietas eran una invitación especial!  La ausencia del viento, que probablemente estaba abriendo la temporada en el Sur, completaba la tarde perfecta.  16 30 hs. al agua.

El Plata era todo nuestro. Ni velas, ni embarcaciones, ni pescadores…  Ni tiempo a pensar nos dio en primer pique a pocos minutos de haber entrado! Y no fue el único.  Y estaban donde debían estar en estas condiciones;  Pegados a las piedras, acechando cómodamente en el agua quieta y cálida.

Mosca? La de siempre. O cualquiera con la actitud de siempre: Golpe en la superficie y veloz huida. Ninguno de mis Dorados  me dio la oportunidad de hacer más que dos estripeos, lo que completaba una combinación perfecta:  Lo que me gusta, dónde me gusta,  cómo me gusta y con quién me gusta.

Se me antoja pensar que el Río se sintió honrado con Nuestra Apertura,  y, devolviendo honores,  nos brindó lo mejor.

 Los primeros Dorados  del primero de Noviembre  del primer día de temporada.

Gracias.

Sergio Rojas.

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Río de la Plata. Buenos Aires. Argentina.

Hoy, estamos seguros de que el RioPla, antes ligado a palabras como “contaminación”, “basura”, “bagrecito”…, puede ser la opción de una pesca de costa, capaz de dejar satisfecho a muchos Mosqueros.
Tomar conciencia de que el Río tiene vida tal vez nos ayude a cuidarlo un poco, y en vez de agregarle otra botella, tirar nuestros puchos y las sobras, al retirarnos pongamos en una bolsa de residuos los desperdicios de otros, tal como lo hacemos en algún río del Sur, por ejemplo.
Dejar de mirar al RioPla con nostalgia tanguera, no es poca cosa.

El equipo entonces, contaba siempre con dos miembros: Silvia y yo.
Los fracasos iniciales eran rotundos! Capaces de desalentar al más mentado! Pero, lejos del abandono, la insistencia transformó las horas de no pesca en “horas de estudio”.
Recorrer el río pisando el lecho “todo igual” a simple vista, nos fue dando datos muy precisos de lugares que “de ser Dorados” utilizaríamos para el acecho de nuestro almuerzo!
La bajantes pronunciadas dejaban al descubierto todavía más.

Pequeños Dorados?

A trabajar entonces.
Una atención más “finita” a los accidentes del lecho, nos dió un Rating de “lugares de acecho para mayores”.
Y cuando fuimos por ellos, y, otras condiciones del Río como altura, temperatura, etc. eran favorables, la teoría se tranformaba en Amarillos de buen porte con una energía y capacidad de “lucha” espectaculares.

La preparación de equipos, moscas, y el tener un “plan de acción” dejó lejos los fracasos iniciales. Cada salida fue un éxito.

No hay bicho que no se espante cuando el hombre invade su hábitat!
Si usted entra al agua cual bañista, se asegura el fracaso de las próximas horas!
Creer que no hace falta castear bien y que hay que practicar sólo para presentar una seca en el Malleo, nos resta un 50% de chance. No poder poner la mosca en donde, después de mucho trabajo, identificamos una buena piedra… es el 50%!
Creer en eso de “le cayó en la boca”!… Mmmm, tal vez cerca, a unos metros.  La velocidad del Dorado es impresionante! El control de la línea, siempre en mano, para poder clavar/estripear apenas toque el agua descontará piques perdidos!
Y, tantas otras cosas a tener en cuenta cuando uno se enfrenta a una jornada de pesca.

Hoy, por fortuna, se puede ir al RioPla en busca de eso. Una jornada de pesca del Dorado.

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