Así nos recibía el Malleo el día 15 de este mes…
El viento (entre 15 y 30 nudos) estaría presente durante los 6 días de pesca. También las bajas temperaturas. La del agua, estaba en 8 grados. Además de alta, corría a gran velocidad. Sólo una tarde con sol.
En estas condiciones, era difícil ver aves volando… Imaginen que, insectos, sólo había en nuestras cajas!
Y no es una queja. Era lo que había que enfrentar.
Mi decisión (forzosa), usar línea de hundimiento casi permanentemente.
Las truchas, como siempre, apoyadas en el fondo, no tenían esta vez, ni un solo motivo para moverse de allí.
No es una pesca menor la hecha con hundimiento. Es diferente. Y también requiere de un esfuerzo para lograr buenos lances. No tanto de distancia en este ambiente, pero sí de presentación. La cantidad y calidad de capturas es proporcional a la de buenos tiros.
Con ésto en mente, comenzaron a verse resultados.
Y con los resultados, aumenta el entusiasmo y la resistencia para pelear contra viento, frío y correntada.
Entonces…
Y, soy alguien que cree en los premios al esfuerzo e intentos de hacer bien las cosas…
Un Malleo difícil, no es otro río.
Regresamos a Buenos Aires con secas y ninfas casi sin tocar. Algunos momentos y micro climas en sectores del río permitieron usar algunas.
Siempre seguros de volver, y deseando que el clima sea más amable con quienes vayan próximamente.
Gracias a mi compañera de siempre y nuestro amigo Ricardo Barriopedro.
Van algunas imágenes que los incluyen.
Saludos y éxitos para todos
S.R