Alaska, tierra de osos y salmones
Luego de un largo viaje en avión desde Buenos Aires, con escalas en Dallas y en Seattle, el grupo, conformado por 8 compañeros de pesca, arribamos el miércoles 14 de agosto por la tarde, a la ciudad de Anchorage, ubicada en el centro sur del estado de Alaska, USA.
Las dos primeras noches dormimos en el hotel Courtyard Marriott, cercano al aeropuerto, y una vez retirados los dos motorhomes, en los que conviviríamos durante los próximos doce días, y habiéndonos aprovisionados de comida y bebida para los días siguientes, la aventura de pesca en Alaska, comenzaba.
Desde Anchorage, tomamos la ruta 1 hacia el norte, para luego empalmar la ruta 3, también llamada carretera de los parques, en dirección noroeste. Luego de dos horas de viaje, llegamos a nuestro primer destino de pesca, el Montana Creek, en su desembocadura en el Susitna River. Estacionamos los motorhomes en el Campground del Montana Creek Station Recreation Site. Rapidamente nos cambiamos y armamos los equipos, la ansiedad nos carcomía. Dos de nuestros compañeros, Nicholas Gibson y Pepe Vazquez ya habían pescado en Alaska, por lo cual su asesoramiento resultó escencial para poder pescar con éxito desde el primer momento. Tras unos 10 minutos de marcha a través de un sendero en el bosque, arribamos al sitio de pesca. Observamos una gran cantidad de pescadores armados, exhibiendo en sus cartucheras armas cortas de gran calibre, y aerosoles de gas pimienta, “is for bears” nos comentaban. Nosotros… ni un alfiler. Las aguas del río Susitna bajaban turbias. Comenzamos pescando con streamers y buktails color verde chartreause, tratando de irritar a los salmones, valga la aclaración que una vez entrados a los ríos desde el mar, los salmones dejan de alimentarse, por lo cual las tomadas se deben a un principio de territorialidad. De inmediato comenzaron los ataques de Salmones Chum o Perro, (Oncorhynchus keta), entre 4 y 7 kg, y de Salmones Pink o Jorobado (Oncorhynchus gorbuscha), entre 1 y 3 kg. Pescamos gran cantidad de ejemplares, principalmente de Chum, que si bien no son apreciados por la calidad de su carne, ni por su belleza, son muy combativos a la hora de la pesca . Cabe destacar que los tirones de la línea al traccionar la mosca, deben ser suaves y lentos, de esta manera se evita “el robado” cuando hay acumulación de peces, permitiendo que los ejemplares mas agresivos tomen con la boca. Una vez calmada la ansiedad de las primeras horas, comenzamos a probar con otras moscas, logrando excelentes resultados con moscas articuladas atadas con marabú en colores verde claro, rosas y fucsias, como así también con Wolly Bugger negras lastradas, con cabeza color rosado o verde claro. A medida que fuimos depurando la técnica, consistente en esquivar el ataque de los Chum, comenzamos a pescar el trofeo buscado, el Salmon Silver o Coho, (Oncorhynchus kisutch), cuya captura se fue repitiendo a lo largo del día, adaptándonos rápidamente a su pesca.
A la mañana siguiente, bajo un cielo diáfano, y alentados por nuestro buen debut, continuamos viaje con rumbo norte. Nuestro segundo lugar de pesca fue el Honolulu Creek, en proximidad de la desembocadura del Little Honolulu Creek. Dejamos estacionados los motorhomes en un lugar habilitado a la vera de la ruta, e iniciamos una caminata de 45 minutos a través de una pintoresca y estrecha picada, dibujada entre pinos, abedules, y numerosas especies arbustivas, llegando finalmente a este hermoso río que nos impresionó por sus intensos colores verdes, azules, y turquesas. En sus proximidades se destacaban claramente las improntas de huellas, deyecciones, y marcas de garras y astas , de los animalitos que lo habitan, entre ellos osos y alces. Rapidamente pudimos observar en un sector del río, la presencia de Salmones Sockeyes o Rojos, (Oncorhynchus nerka), que no tardaron en atacar nuestras moscas. En dos horas, todos quedamos satisfechos por las capturas. Habiendo finalizado la pesca desandamos la picada hacia los motorhomes, y continuamos el viaje, siempre hacia el norte, con destino al Denali National Park. Esa noche paramos en un camping cercano al Chulitna River y a metros del fogón podía distinguirse un árbol marcado por las garras de un oso grizzly.
El domingo pescamos en un brazo del Susitna River. Previamente nos informamos a través de un guía de pesca de la zona a quien consultamos, que tan al norte no había salmones, y que la posibilidad de pesca la constituían principalmente los Graylings o Tímalos, ( Thymallus thymallus). Nos ofreció sus servicios por 175 dólares por pescador, con un mínimo de tres pescadores, por media jornada de pesca, vadeando. Desechamos la oferta, y optamos continuar por cuenta propia. Los resultados nos demostraron que fue una buena decisión. Pescamos muchos Graylings, aunque de no gran tamaño. El pique se producía sobre aguas calmas, con distintos tipos de moscas, pequeños streamers y ninfas de colores variados, por lo que no nos parecieron muy selectivos. No resultó una gran pesca en cuanto a portes, pero fue entretenida. Pasamos la noche en el parador Grizzly Bear, en cercanías del Parque, con la idea de dedicarle la jornada siguiente completa, al recorrido del mismo.
El lunes amaneció con lluvias sostenidas, y escasa visibilidad, por lo que decidimos abandonar la idea de recorrer el Parque, y nos inclinamos por desandar la carretera con rumbo sur. Esa misma tarde, repetimos la pesca en el Honolulu Creek, pero las condiciones del río habían cambiado notoriamente debido a las copiosas lluvias. Su caudal había aumentado, y sus aguas habían adquirido un tinte lechoso. No pudimos encontrar a los salmones, y la pesca se limitó exclusivamente a Graylings, de buen tamaño.
El martes se lo dedicamos enteramente al Montana Creek. La pesca fue muy prolífica, pescando robustos salmones Chum, y mayor cantidad de “explosivos” salmones Silver plateados, mezclados con algunos ejemplares de color rojo que habían alcanzado ya su madurez sexual.
El miércoles continuamos camino rumbo al sur, pasamos por Anchorage, y a través de la carretera 1 nos dirigimos hacia la península de Kenai. Por la tarde, paramos en el Bird Creek, a escasos metros de su desembocadura en el mar. Esperando que subiera la marea y que los Silvers entraran al río, ocupamos el tiempo pescando una gran cantidad de salmones Pink, y algunos Chum. A las 17 hs, nos ubicamos sobre la desembocadura del río, y pudimos ver a los Silvers entrando desde el mar, el fenómeno duró apenas 15 minutos, pero me resultó suficiente para clavar un robusto y vital ejemplar de salmón Silver plateado, que nunca olvidaré. Esa misma tarde llegamos al Russian River Campground, cenamos unos deliciosos bifes a la parrilla, con ensaladas, y nos fuimos a dormir temprano, la jornada siguiente prometía.
El jueves amaneció lloviendo, y continuó haciéndolo durante toda la jornada. Pescamos en un lugar soñado, en plena “tierra de osos”, la confluencia del Kenai River con el Russian River, sin pausa alguna entre las 8 y las 20 hs. Jamás realicé una pesca tan emocionante, variada, numerosa, y con tantos portes importantes, en ríos de montaña, con un equipo de mosca. Explosivos salmones Silvers plateados, pesados salmones Sockeyes o Red Salmon, y ultras combativas truchas Arco Iris, (Oncorhynchus mykiss), y Dolly Varden, (Salvelinus malma malma). La pesca de Arco Iris y de Dolly Varden a la usanza del lugar, la realizamos con strike y moscas imitando huevos de salmon. Las Dolly Varden se alimentan casi exclusivamente de los huevos del salmon Sockeyes, y están mezcladas entre ellos. Se utilizan líderes largos, con lastre a 30 cm del extremo, y el strike a 2 metros de la mosca huevo, permitiendo que la misma derive por el fondo del lecho. Respecto de los salmones Sockeyes, suelen tomar por irritación los huevos u otro tipo de moscas, y cuando ganaban la corriente del Russian River la lucha se tornaba intensa y divertida. Los Silvers plateados los pescamos con moscas color verde chartreause, y al sentirse “clavados”, salían “disparados”; y cuando lograban ganar la fuerte correntada del Russian River, los pasahilos de la caña ardían, el backing salía a gran velocidad y había que caminar rápido río abajo, con el freno del reel bien regulado, tratando de recuperar línea, y rogando que el líder aguantara, intentando vararlos. Si bien los Silvers del Montana Creek habían sido muy combativos, los del Russian resultaban “dinamita”.
La mañana del viernes partimos hacia el Anchor Creek. Paramos en un camping con una hermosa vista hacia el mar, donde se destacaban los volcanes nevados de la costa de enfrente. Su propietaria, Suzane, nos comentó que vivía 6 meses en Alaska, y el resto del año en Hawai ¡!!. El tiempo mejoró notoriamente, y volvimos a disfrutar del sol. El río estaba turbio, pese a eso, pudimos pescar tres Silvers plateados, gran cantidad de truchas Dolly Varden, y en el momento que intentaba quitarle el anzuelo se me escurrió de las manos un ejemplar de Steelhead, la única de toda mi estadía en Alaska, en ese momento maldije no haber llevado un copo. Durante toda la jornada pudimos apreciar sobre el río, el vuelo de las águilas de cabeza blanca, llevando pescados entre sus garras a sus nidos, y escuchamos a sus pichones llamando..
El jueves mantuvimos el campamento en lo de Suzane, y fuímos todos en un solo motohome al Deep Creek. Este río también estaba turbio, y la pesca no fue buena. Pescamos un solo Silver plateado en el río, junto a algunos salmones Pink, y unas pocas Dolly Varden. Por la tarde, durante el aumento de la marea intentamos pescar Silvers cerca de la desembocadura en el mar. La entrada de salmones fue pobre, y los dos únicos que tomaron nuestras moscas, en un sector de gran correntada, cortaron los líderes. A última hora de la tarde, hicimos miniturismo de una hora en el cercano pueblo pesquero de Homer, realmente muy pintoresco.
El viernes temprano regresamos al Kenai River, y dedicamos todo el día a la pesca. El clima continuó acompañándonos, con un cielo despejado, y temperaturas entre 16 y 20 grados. En esta jornada la pesca de salmones Silvers plateados fue apoteótica, logrando entre 15 y 20 ejemplares grandes por pescador. La pesca la realizamos exactamente en el punto donde el Kenai desemboca en el Russian River. La técnica consistía en castear, depositando la mosca apenas sobrepasando la unión de los dos flujos de aguas, y por afuera de la línea de los numerosos salmones Sockeyes o Red salmon acardumados, e ir realizando tirones muy suaves, evitando así que estos tomaran o fueran robados, y apenas veíamos algún Silver plateado cerca de nuestra mosca, acelerábamos los tirones, produciéndose la tomada, la explosión en el agua, y nuestra adrenalina por las nubes.
El sábado muy temprano por la mañana, tres de nosotros ya estábamos en el río. Era nuestra última pesca en Alaska, y fuimos los primeros en llegar. Nuevamente los Silvers plateados atacaron nuestras moscas, permitiéndonos realizar una pesca de gran calidad. Fue una despedida de lujo.
El lunes 28 de agosto por la mañana arribamos a Ezeiza.
Al momento de escribir estas líneas, tengo aún las manos cortadas y llagadas por las corridas de los salmones, y el corazón colmado por haber cumplido un sueño que nació durante mi niñez, en el contexto de una pesca excepcional y lejana, inmersa en una naturaleza abrumadora por su indocilidad y belleza.
Patricio Scorza.-
Algunas de sus imágenes. (Prometió más!)
Te felicito Pato por haber cumplido este sueño
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Gracias Guille !!!, un abrazo.
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Pato, qué alegría que la hayan pasado tan bien. Como siempre, excelente el relato y los detalles de pesca!
Espero que nos juntemos pronto a comer y ver las pocas fotos que, me imagino, habrás sacado.
Abrazo,
Demonio
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Gracias Demonio, nos vemos pronto, abrazo !!!
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Genial Pato ! Felicitaciones, muy buen relato.
Un fuerte abrazo !
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Gracias Edu, otro abrazo !!!
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hermosa experiencia, y que bueno que lo habran pasado con 7 amigotes, felicitaciones lindas lineas escritas… saludos Julian Locatelli
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Gracias Juli , una pesca diferente. estuvo muy bueno !!!. Abrazo.
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Grande Pato!!!!! Muy bueno el relato. Me alegro que el grupo la pasara de 10!!!!!
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Gracias Pablito, ya se te dará a vos también. Abrazo.
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impresionante pato. Te felicito a vos y a tus compañeros
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Hola
Sería bueno para Pato saber quien sos, ya que no figura tu nombre
Gracias
Sergio
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Gracias al “pescador fantasma”.
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Felicitaciones Pato
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Hola
Sería bueno para Pato saber quien sos, ya que no figura tu nombre
Gracias
Sergio
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